Si estás luchando con suelos pobres que ralentizan el desarrollo de tus cultivos, es hora de cambiar tu estrategia de fertilización. El sulfato de amonio, con un contenido de nitrógeno superior al 20,5% y azufre superior al 23%, no solo nutre la planta sino que también mejora la estructura del suelo. ¿Sabías que los agricultores que lo usan correctamente ven aumentar su producción entre un 15% y un 30% en cultivos como maíz, tomate y arroz?
Dr. Elena Martínez, especialista en agronomía (Universidad de Córdoba):
"El nitrógeno y el azufre trabajan juntos para fortalecer la fotosíntesis y mejorar la calidad del grano. Aplicarlos en fases críticas del crecimiento es tan importante como elegir la semilla adecuada."
El nitrógeno es esencial para el desarrollo de hojas y tallos, mientras que el azufre actúa como cofactor en la síntesis de proteínas y aminoácidos. En suelos ácidos o con baja materia orgánica, esta dualidad puede marcar la diferencia entre una cosecha mediocre y una excelente.
Cultivo | Aplicación ideal | Rendimiento esperado |
---|---|---|
Maíz | Fertilización base + aplicación foliar a las 3 semanas | +22% |
Tomate | Aplicación en raíz durante floración | +18% |
Arroz | En siembra directa con control de pH | +27% |
La clave está en sincronizar la aplicación con el estado fisiológico de la planta:
No abuses del uso: más de 60 kg/ha puede causar salinidad acumulativa. Si tu suelo tiene un pH bajo (<5.5), considera mezclarlo con cal agrícola para neutralizar la acidez.
Recuerda: la ciencia del fertilizante no es solo sobre cantidad, sino sobre tiempo y contexto. Aplicar el sulfato de amonio en el momento justo te da una ventaja real —no solo en rendimiento, sino en la salud del suelo a largo plazo.
¿Estás listo para probar este método? Comparte tus resultados con nosotros en los comentarios. ¿Qué cultivo has intentado primero?